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martes, 14 de diciembre de 2010

La vida es un barco


Normalmente, no es uno mismo quien dirige su vida, a veces te dejas llevar por las circunstancias, te es más cómodo dejarte arrastrar por el viento, como tronco en el agua, a ver donde te lleva. Otras veces te dejas asesorar por parte de la tripulación, ó simplemente te equivocas de camino ó de puerto.

Otras veces es el tiempo quien te impide alcanzar tu destino. Oleaje, tempestades o tormentas, se cruzan en tu camino para ponerte más difícil el trayecto. Son impedimentos naturales, ó no, pero que de algún modo, has de sortearlos para seguir avanzando.

Con el paso del tiempo, aprendes a disfrutar de la navegación, del trayecto, descubres que no todo es llegar a puerto. Aprendes a disfrutar del sol del camino, de la lluvia, y por que no, de algún que otro obstáculo.

Mi barco, ya no es nuevo, tiene alguna pequeña grieta, natural con el paso del tiempo, y la verdad, es que tampoco dedico mucho tiempo a cuidarlo. El día a día, hace que mientras que sigas navegando te preocupes menos por esas pequeñas fisuras en el casco.

En alguna ocasión, he izado las velas con un destino proyectado, he organizado el trayecto de principio a fin, he preparado el camino hasta llegar a ese tan deseado puerto, he aprovechado el viento que soplaba para coger velocidad y cuando llegas al destino, pisas tierra como si todo el universo te perteneciera.


En mi barco, ha subido y bajado mucha tripulación, algunos aun perduran, otros los ataría para que nunca se bajaran y a pocos, muy pocos, a veces me gustaría echarlos por la borda.

1 comentario:

  1. Por casualidad he ido a caer en este blog, por un correo electrónico.
    Como me habían dicho no hay palabras, solo leer y dejarte llevar, te seguimos y animamos

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